No se puede discutir el legado de Kobe Bryant en la NBA. En 20 años, el talentoso escolta logró mucho.
Kobe ganó cinco campeonatos de la NBA y fue 18 veces All-Star, 15 veces miembro del All-NBA Team, 12 veces miembro del All-Defensive Team, el 2008 MVP de la NBA y dos veces NBA. MVP de las Finales. Sin embargo, en los meses transcurridos desde la repentina muerte de Kobe, lo que hemos visto es que el legado de baloncesto de Kobe no ha sido central en la discusión.
La razón es que Kobe era mucho más que una superestrella del baloncesto. Kobe tenía un tremendo deseo de devolverle al mundo que tanto le había dado.
Era una de las pocas personas que disfrutaba genuinamente ayudar a los demás y hacer las cosas más fáciles para la humanidad.
Los tremendos regalos que Kobe otorgó al mundo fuera de la cancha han sido el punto focal de la discusión. Kobe era una persona amable y cariñosa que ciertamente vaciló a veces. Su capacidad para ser vulnerable y sentirse más allá de sus propias experiencias es lo que lo hizo tan especial. Es lo que hizo que su muerte fuera tan difícil para tantos fanáticos, amigos y familiares.